lunes, 1 de agosto de 2016

SUCEDIÓ EN CHINA (1938)

SUCEDIÓ EN CHINA (Too Hot To Handle)
1938

Director: Jack Conway


Reparto: Myrna Loy, Clarck Gable, Walter Pidgeon, Walter Connolly, Leo Carrillo.


País: Estados Unidos


Es una de esas joyas de los años 30 que aún no había tenido la oportunidad de ver y por suerte la encontré de segunda mano a solo dos euros. 


TRAMA


Dos periodistas de guerra se disputan las primicias llegando a crear falsas imágenes, en medio de estos líos se verá envuelta una aviadora que busca a su hermano. Los malentendidos y sentimientos se irán mezclando en un gran lío.


Temática: Comedia romántica con crítica social.


OPINANDO SOBRE ELLA


Lo primero decir que adoro las comedias de los años 30, casi todas son obras maestras con mucho dinamismo, que juegan con varias temáticas a la vez y saben como usar la comedia para mostrar la sociedad de ese momento. 


Esta película comienza con un retrato al periodismo americano de principios de siglo XX, donde los grandes jefazos viven histéricos en competencia por una gran foto: la primera plana. Los corresponsables son unos juerguistas que se arriesgan hasta llegar a falsear fotografías solo por ser los más reconocidos. La insensibilidad entre ellos es inhumana, en una zona en guerra son incapaces de ver la desgracia de los demás y hasta la provocan solo para tener su preciada foto. Clark Gable, el corresponsal más preciado, es capaz de disparar un arma para ello. Pero una joven aviadora, Myrna Loy,  que se presta al juego de falsear fotos se ve envuelta en un altercado y nos muestra que ella si siente, ella aún es humana y no está insensibilizada a los horrores y el sufrimiento humano. Ellos, sobre todo Clarck Gable, solo la ven como una mujer a la que dominar. Muestra aún del machismo imperante por esa época. 

Los engaños se irán sucediendo de forma bastante humorística, a la par que cruel, pero el romanticismo también tiene cabida, entre tantos equívocos.

Myrna me parece una actriz estupenda. Donde más se luce es en comedias de este tipo como "La cena de los acusados", donde demuestra la fuerza e ironía femenina. Aquí comienza siendo bastante más inocente pero su progresión es evidente y el final espléndido, donde muestra todo el poderío femenino con una sola frase. Observamos un gran personaje que es aviadora, aventurera, que construía radios desde pequeña junto a su hermano, que entiende el lenguaje en morse, es capaz de enamorarse, de enfrentarse a los engaños, ser toda una dama y en ningún momento reniega de su feminidad ni se disculpa por tener esos gustos. Es toda naturalidad.


Clarck Gable está genial, muy en su papel predominante: un vividor americano de corazón noble y romántico, pero para el cual el trabajo es lo primero. Solo la aviadora llega a hacerle ver la necesidad de cierta empatía a la vez que él le muestra la necesidad de fortaleza.


Los secundarios, como suele pasar en estas comedias, son estupendos. Los dos jefazos histéricos de los periódicos ponen grandes dosis de humor en sus escenas, las secretarias ayudan al caso, el periodista archienemigo, el ayudan de Clark Gable con sus disfraces, y mil personajes más que pasan por la pantalla para completar las divertidas escenas. 


La fotografía embriaga al inicio, los planos, ese blanco y negro tan nítido y bello. Comienza con mucho ritmo y energía. Nos muestra los trucajes del mundo de la fotografía para conseguir escenas asombrosas. Estas escenas conviven con otras llenas de romanticismo y sencillez. Y la escena final es pura belleza, fuerza y romanticismo. Porque las cosas son como son y solo les queda enfrentarlas y aceptarlas. La ironía y el humor son las mejores armas. 


Pero donde radica la fuerza de esta película es en el guión, diálogos dinámicos y personajes característicos muy bien tratados. 



La recomiendo totalmente para días, tardes y noches que se precise una comedía de aventuras, que se tenga ganas de ver romanticismo del bueno, del de antes, y de paso una buena crítica social hacia los reporteros y sus pocos escrúpulos.




Aurora Martell


1 comentario:

  1. Puedo imaginarme, a falta de haber visto esta película, a esos 'jefazos histéricos', coincidiendo en lo que dices de que el cine de bueno (al menos desde mi opinión) no tiene por qué sustentarse en los efectos especiales. En este caso ya apuntas al guión y a los diálogos, es lo que admiro de Woody Allen o Quentin Tarantino, de su cine. Qué grande es el cine. Un saludo.

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